¿Desaparecerán los gremios y colegios profesionales?
Sociedades intermedias son instituciones o agrupaciones de ciudadanos o de empresas que , como su nombre lo indica, agrupan personas ,naturales o jurídicas , que tienen objetivos comunes, para normar su actividad, procurar el mejoramiento de sus miembros y representarlos frente al Estado . Esto último para que esa comunidad tenga mas fuerza y mejor voz frente al Estado; para que en lugar de cada quien expresarse individualmente y con voces discordantes, sea a través de la unión de muchos como puedan armonizarse y fortalecerse esas voces . Como fácilmente se entiende, esto es vital para que los derechos de los miembros de esa comunidad profesional o sectorial sean preservados y respetados.
Una de las mas antiguas y conocidas formas de estas sociedades son los sindicatos, intermediarios entre el trabajador y el patrono, y es innegable el beneficio que representan para cada trabajador. Los avances que a través del tiempo, y en todos los países, se han obtendo en el campo de las relaciones laborales, gracias a la existencia de los sindicatos, son gigantescos.
Paralelamente, en las relaciones de los ciudadanos frente al Estado se requieren estas asociaciones o sociedades intermedias para ejercer eficazmente la representación, la defensa de los derechos ciudadanos y colectivos y para transmitir las ideas innovadoras desde abajo hacia arriba. Así, las asociaciones de vecinos, los colegios profesionales, las cámaras sectoriales y las diversas agrupaciones profesionales, ejercen, además de sus particulares funciones profesionales, la representación de esa comunidad frente al Estado.
Mientras más centralista y poderoso sea el Estado más importantes y necesarias son estas sociedades intermedias. Tal es el caso de la Venezuela actual: un estado poderoso, centralista y con una gran voracidad por “comerse” todas las organizaciones de ciudadanos. Esto demanda un necesario y urgente fortalecimiento de gremios, colegios y cámaras.
El hecho es que durante los últimos diez años el Estado ha ignorado declaradamente a las agrupaciones de ciudadanos, de profesionales y de empresas. No son consultados para solicitar su opinión técnica sobre asuntos de interés nacional. Tampoco lo son para la preparación de disposiciones legales que afecten a esas sociedades. En general son totalmente desconocidos y muchas veces hostilizados y hasta perseguidas. Esto ha traído el natural debilitamiento de muchas de esas organizaciones. Así vemos como algunos colegios profesionales y cámaras hoy languidecen y se encaminan hacia una silenciosa desaparición, para gran contento de quienes ideológicamente los consideran organizaciones inconvenientes para el proyecto centralizador y hegemónico del Estado.
Solo algunas de estas sociedades intermedias parecen haberse percatado del peligro representado para ellas y para la sociedad democrática . En consecuencia han desarrollado toda una estrategia de fortalecimiento institucional a través del crecimiento de su afiliación y de la elevación del nivel de conciencia de sus miembros sobre el papel singular y estratégico que les corresponde en la conservación de una sociedad democrática.
Los tiempos llaman para que estas organizaciones intermedias se fortalezcan y se multipliquen para preservar la sociedad democrática donde todos los ciudadanos puedan desarrollar su destino de vida , ejercer sus derechos y cumplir sus obligaciones .